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Las plagas son la causa de muchas enfermedades animales y humanas, microorganismos transportados por insectos y roedores. La importancia del control de plagas se explica adecuadamente por los millones de personas que perdieron la vida debido a enfermedades como la malaria y la peste y las civilizaciones perdidas a lo largo de la historia.

 

Una plaga se refiere a una proliferación incontrolada y perjudicial de organismos vivos, ya sean insectos, animales, plantas, microorganismos u otros, que causan daño significativo a la agricultura, la salud, la propiedad o el medio ambiente. Las plagas pueden afectar a cultivos agrícolas, jardines, bosques, edificios y áreas urbanas, y pueden representar una amenaza para la salud humana.

Las plagas pueden causar daños de varias maneras, como la destrucción de cultivos, la propagación de enfermedades, la contaminación de alimentos, la invasión de viviendas o la alteración de ecosistemas naturales. Por lo tanto, el control de plagas es importante para minimizar estos efectos negativos.

Existen numerosos métodos de control de plagas, que van desde el uso de pesticidas químicos hasta métodos biológicos, como la introducción de depredadores naturales de las plagas. El control de plagas se utiliza en la agricultura, la jardinería, la silvicultura y en entornos urbanos para proteger la salud pública y prevenir daños materiales.